Luego de un desastroso incendio, Emma llora pidiendo auxilio para su hija Cindy, la cual está atrapada bajo los escombros. Su marido Tim, bombero de emergencias sanitarias, va al rescate, pero la malvada Ashley y su propia hija Megan le disuaden, por lo que, sin que él sea consciente de lo que ocurre, Cindy muere en las manos de Emma. Desolada y furiosa, Emma jura vengarse de Tim y de Ashley. Así, con la ayuda de su amigo abogado Ryan, usa su riqueza oculta para vengarse de aquellos que hirieron a su hija. ¿Conseguirá hallar la paz?
Violeta Ruiz es una guardaespaldas que se especializa en ofrecer servicios a las víctimas de violencia doméstica. Ha estado en el negocio durante cinco años y nunca ha perdido un caso. Tras una cita a ciegas con el destacado abogado de la ciudad, Marco Sánchez, se casaron rápidamente. Para evitar preocupaciones, Violeta ocultó su verdadera identidad en la cita. Su imagen inocente y despreocupada satisfizo al padre e hijo, excepto a su suegra, Rosa García, quien constantemente mostraba su preocupación por la llegada de Violeta y le aconsejaba en varias ocasiones que abandonara la familia Sánchez. Sin embargo, Violeta comenzó a notar varias anomalías en esta familia, como las heridas inexplicables de Rosa y la mirada llena de miedo de ella y de Dora, la hija de Marco. Justo cuando la familia quiso imponerle las reglas, se dio cuenta de la tendencia genética a la violencia doméstica de esta familia. Rosa, la mamá de Dora, e incluso Dora, han sido víctimas de la violencia. Marco solo aparentaba ser un hombre educado, pero en realidad es un despreciable que disfruta de la violencia. Para ayudar a Rosa y a Dora a liberarse de este infierno, Violeta continuaba ocultando su identidad y se quedaba al lado de Marco para obtener pruebas de su abuso. Al final, Violeta logró la custodia de Dora.