Para poder pagar el tratamiento de su hermana, Anita vendió su virginidad a un hombre desconocido, Carlos, a cambio de una gran suma de dinero. Un año después, durante una reunión con los amigos de Alberto, su pretendiente, se reencuentra con Carlos, quien la reconoce al instante, pero Anita huye y se esconde en un reservado. Pronto, Alberto la lleva ante Carlos, ya que solo él tiene la medicina que puede salvar a su hermana. Anita, humillada, suplica por la medicina, pero Carlos la pone en una situación aún más difícil, exigiendo que reviva la noche en la que ambos se perdieron.
¡Es un matrimonio por error! Ella fue obligada a casarse con él en silla de ruedas, en lugar de su hermana, y envuelta en una conspiración de la familia rica. ¡Así se iniciaba una historia de amor y lástima entre el dominante presidente y su encantadora esposa! "Mario, ¿no tenías discapacidad en las piernas? ¡Me engañaste!" "¡Nunca les he dicho nada!" suplicó ella, incapaz de escapar de su encierro. "¡Mario, solo soy un sustituto, libérame!" Él la cargó en sus piernas y susurrando: "¡Tranquila."